April 15, 2024 Imagen para móvil, amp y app Código móvil All we know about Baby Callum as woman charged in murder probe https://t.co/bsmjk4lHsy— Warrington Guardian (@warringtonnews)
April 15, 2024 Código AMP All we know about Baby Callum as woman charged in murder probe https://t.co/bsmjk4lHsy— Warrington Guardian (@warringtonnews)
April 15, 2024 Código APP All we know about Baby Callum as woman charged in murder probe https://t.co/bsmjk4lHsy— Warrington Guardian (@warringtonnews)
April 15, 2024 Cuatro meses después de que se descubriera su cuerpo, el bebé fue enterrado en el cementerio de Warrington, gracias a los donativos de los vecinos que recaudaron 888 libras para pagar la lápida, en la que se lee «Bebé Callum, precioso hijo de Dios. Sepultado el 27 de julio de 1998. Con amor, del pueblo de Warrington». Más de 150 personas, entre ellas el alcalde de la ciudad, presentaron sus respetos antes de que fuera enterrado en rodeado de flores y juguetes infantiles. Allí, una mujer, descrita como «emocionalmente alterada», afirmó ser la madre del bebé, pero nunca fue localizada y su identidad sigue siendo un misterio. El mismo que el de una chica angustiada con un abrigo beige que fue vista en la zona en ese momento. El inspector jefe John Hester que dirigió la investigación describió en su día el caso como «uno de los más inquietantes» de su carrera. Posible culpable Es posible que el próximo martes, los interrogantes que rodean la muerte de Callum estén más cerca de obtener respuesta. Durante 25 años la investigación permaneció bloqueada a pesar de los esfuerzos de la policía, hasta que en junio de 2023 se detuvo a dos individuos que podrían guardar relación con el caso. Ambos quedaron en libertad tras pagar la fianza. Ahora, uno de ellos, ha vuelto a ser arrestado en calidad de presunto asesino del bebé. Se trata de Joanne Sharkey, de 54 años, natural de Liverpool -ciudad cercana a Warrington-, quien deberá comparecer el martes ante un juez, sin que hayan trascendido más detalles de la prensa local. Una inspectora de la policía ha querido rebajar la tensión contra ella y recordar su derecho a la presunción de inocencia: «Entiendo que se trata de un caso muy emotivo que ha atraído mucha atención durante los últimos veintiséis años, pero pido a la gente que no especule. El proceso penal contra Joanne Sharkey está abierto y tiene derecho a un juicio justo».